Actualmente en las empresas, el joven profesional promedio, también llamado millenial, está asumiendo una mayor responsabilidad en el trabajo liderando a otros que son mayores que ellos.
¿Cómo se lidera sin poder? ¿Qué haces si tienes el título pero no la experiencia? ¿Qué pasa si tienes la experiencia pero tu cara de bebé te traiciona? ¿Qué haces cuando tu jefe te apoya pero tus subalternos no lo hacen?
Para lograrlo Jodi Glickman, en su artículo publicado por la revista Harvard Business Review, sugiere una combinación perfecta de consideración, tacto y estrategia.
Según Glickman, las tres cosas más importantes a tener en cuenta son las siguientes:
1. Tener confianza en sí mismo y proyectarla al equipo:
No importa si dudas de si está realmente estás preparado para el desafío (¿quién no?); sin embargo, esas dudas deben seguir siendo tuyas, no las compartas con tu equipo ni demuestres inseguridad en las decisiones que tomas. Cultiva tu iniciativa, inteligencia y capacidad. Actúa tantas veces el personaje hasta que te conviertas en él.
Sal de tu oficina, no te escondas en ella. Interactúa con tus empleados, empieza con lo que ya sabes. Habla con convicción. Antes de dar una instrucción explica a tu equipo, el por qué de las cosas. Ellos necesitan sentir que su líder tiene una idea clara de hacia donde se dirigen con el departamento. Asume que tus ideas son lo bastante buenas hasta que escuches lo contrario. Pero ojo! No seas arrogante. Ten en cuenta que finalmente le darás la oportunidad a las personas de dar su opinión en el momento indicado. No empieces haciendo declaraciones en contrario que demuestren dudas. Evita expresiones como: “Esto podría estar mal, pero …” o, “No estoy seguro de si de acuerdo, sin embargo… ”O, peor aún,“ Sé que no he estado aquí por mucho tiempo, pero creo que deberíamos… ”
2. Se una persona de mente abierta:
Equilibra tu confianza con una mente abierta. No pidas orientación de forma directa, en su lugar, presenta tus posiciones, opiniones o dirección estratégica y luego recoge los comentarios del equipo. Se receptivo a los pensamientos y conocimientos de los demás. Solicita sus opiniones e ideas pero no uses lo que te dicen para recopilar evidencia confirmatoria. Es decir evita decirles algo como: “suena eso como el enfoque que tenía en mente”. En lugar de eso coméntales directamente si algo es correcto o bueno. Recuerda que tu línea de base es la competencia, no la ignorancia o inexperiencia.
Dale voz a tus subalternos, invítales a compartir sus ideas pero asegúrate que eres tú quien lidera los pasos a seguir. Pedir aportes, consejos o comentarios es diferente a pedir permiso u orientación.
3. Solicita feedback con regularidad:
Hazle saber a la gente que te importa la mejora continua y solicita que informen sobre tu desempeño. Sin embargo ten en cuenta que está bien reconocer que estás en modo de aprendizaje o en modo de escucha, no puedes vivir allí para siempre.
Empieza con determinación y atrae a la gente a bordo para que siga avanzando en la dirección correcta. Simplemente no preguntes en qué dirección deberías moverse o terminarás perdiendo el respeto de tu equipo antes de haber tenido la oportunidad de ganarlo.
Para completar las sugerencias de Glickman yo te recomiendo que al liderar personas mayores que tú, también consideres:
4. Eliminar los estereotipos:
Busca algo en común con las personas de tu equipo. No dejes a tu mente descartar a los demás por su edad, raza, religión, preparación o condición económica. Los empleados más experimentados están acostumbrados a ser dirigidos, por lo que estoy segura que tener un gerente más joven no será un problema real para ellos.