CARTA DE UN COLABORADOR A SU JEFE:
Me pediste que aprenda a ser eficaz… me dijiste que no sé trabajar en equipo… me llamaste la atención por llegar tarde a la oficina cuando la noche anterior me quedé trabajando en el proyecto que pedías con urgencia…voy algunos años trabajando contigo y mejor no sigo porque la lista de críticas que me has hecho ha sido muy larga. Decidiste enviarme a muchos cursos para “aprender a ser mejor profesional” fueron tus palabras… Y aprendí… en verdad que aprendí!; y, cada vez que llegaba a la oficina a aplicar con entusiasmo lo aprendido me desanimaste, te mostraste indiferente y poco empático.
Ahora con el COVID la cosa se puso peor. He perdido familia, he perdido amigos, mi estado emocional ha cambiado mucho, pero tú sigues exigiéndome y relacionándote conmigo como sino pasara nada. No me comprendes…
¿Cuándo vas a ser una mejor persona para mi?
Un líder compasivo es lo opuesto a un jefe autoritario; es opuesto a la indiferencia, al sometimiento, al autoritarismo. Este tipo de liderazgo emplea la empatía, la comprensión y conecta con cada persona para que pueda dar lo mejor de sí misma. ¡Este es el líder que sabe inspirar de verdad!
Investigaciones indican que las organizaciones con alto niveles de compasión tienen un alto nivel de productividad, compromiso, innovación y son mucho más rentables.
La compasión va de la mano con el crecimiento y madurez personal es la combinación entre el entendimiento de una situación emocional y la rigidez de los procesos organizacionales.
La palabra compasión deriva de: “sufrir con”, que significa compartir las preocupaciones cotidianas con las otras personas y conectar con sus realidades emocionales. Un líder compasivo orienta a su equipo, pero también aprende de él.
Para ensayar la compasión en tu gestión laboral puedes empezar por:
1. Practicar la empatía:
Esta dimensión del liderazgo compasivo implica aceptar la experiencia de cada persona de tu equipo y despertar sus fortalezas. Es preocuparse genuinamente por las personas que inspiras y conocer no solo lo que les motiva sino también su personalidad. Una técnica que te puede ayudar a conocerlas a profundidad es Morfopsicología (haz clic aquí para aprender a usarla en tu estilo de liderazgo).
2. Adoptar una mentalidad flexible:
Que te permita gestionar las situaciones cotidianas y a las personas con apertura y generosidad.
Cada miembro de tu equipo no es solo alguien importante. Es una pieza decisiva en la consecución del propósito de la organización. Trabaja en adoptar una mentalidad de crecimiento que motive a la acción y al cambio constante manteniendo un clima laboral cómodo y satisfactorio.
3. Mirar 10 soluciones ante cada problema y no 10 problemas ante cada situación:
La compasión es saber conectar desde el optimismo. Más del 90% de los pensamientos negativos que tenemos a diario no se hacen realidad, así que, no tiene sentido darle piola a los problemas. Cambia tu percepción de la situación y dejará de ser un inconveniente transformándose en oportunidad de aprendizaje.
4. Ser consciente de tus acciones y consecuencias
Un líder compasivo se asegura de que sus actos eviten el daño ajeno, en su empresa y en las de los demás, tiene un amplio criterio acerca de las consecuencias generadas por sus acciones, emociones y pensamientos negativos.
Puedes empezar por entrenar tu mente para que esté tranquila, serena y concentrada. La meditación diaria puede ser tu gran aliado.
Hoy te he contado cuatro dimensiones importantes del liderazgo compasivo, ¿se te ocurre alguna otra?
Recuerda, un mal líder es como un virus que todo lo infecta y debilita. Queremos jefes que lideren con el corazón y que se preocupen tanto por las personas como por la organización.
Transformemos juntos tu liderazgo. Contáctame para agendar tu sesión de coaching.