¿Te ha pasado que entre algunas áreas de tu empresa parece haber más competencia que colaboración?
A veces no hace falta una crisis para que el ambiente se vuelva tenso: basta con que una parte del equipo sienta que “hace más” que otra, que sus logros no son valorados, o que ciertas tareas siempre terminan cayendo sobre los mismos hombros.
Esto ocurre con frecuencia entre los equipos comerciales y las unidades operativas. Me lo contó hace poco una líder comercial:
“Las unidades operativas sienten que los comerciales hacen lo que quieren. Y los comerciales sentimos que ellos no hacen más por ayudar, y que esperan que todo lo resuelva el comercial.”
Este tipo de tensiones pueden parecer sutiles, pero erosionan la confianza, limitan los resultados y, sobre todo, impiden construir una cultura de corresponsabilidad. Cuando además se suma el temor a “quedar como responsable”, el resultado es una cultura de protección, evasiva y poco colaborativa.
Lo que está en juego no es solo un proceso, sino la cultura.
Los equipos no se quiebran por diferencias técnicas, sino por juicios no expresados, suposiciones y creencias como:
- “El otro equipo no entiende la presión que tenemos.”
- “Nos dejan solos para resolver todo.”
- “No se responsabilizan porque no dan la cara con el cliente.”
¿Cómo empezar a sanar esta dinámica?
- Fomentar conversaciones honestas entre áreas: No desde la queja, sino desde el deseo genuino de comprender el rol y los retos del otro.
- Diseñar soluciones conjuntas: Procesos de apoyo, flujos de trabajo o protocolos deben construirse con representación de ambas partes.
- Instaurar una cultura de corresponsabilidad: Pasar del “no me toca” al “¿qué puedo hacer para que esto funcione mejor?”
- Reconocer los logros compartidos: Celebrar cuando un proceso fluye gracias a la articulación entre áreas genera motivación y sentido de equipo.
En resumen:
Cuando los equipos se enfrentan, nadie gana. Pero cuando se miran como aliados, la sinergia multiplica los resultados. Liderar este cambio implica valentía, escucha y, sobre todo, la convicción de que las empresas cambian cuando las personas se transforman.
¡Si en tu organización identificas este tipo de tensiones, es momento de actuar! Acompaño a equipos y líderes a transformar estos desafíos en oportunidades de colaboración. Escríbeme y exploremos juntos cómo puedo ayudarte.
SOBRE LA AUTORA:
Soy consultora en liderazgo y cultura organizacional. Desde hace más de 15 años acompaño a líderes, equipos y empresas en procesos de transformación humana y estratégica.
Creo profundamente que el cambio real en las empresas comienza con quienes las integran. Por eso, mi propósito es empoderar a las personas desde el autoconocimiento, la comunicación consciente y la conexión auténtica con los demás.
Integro herramientas de inteligencia emocional, liderazgo consciente y habilidades relacionales para ayudar a construir culturas más humanas, efectivas y sostenibles. Me apasiona ver cómo, cuando una persona se transforma, todo su entorno también lo hace.
Inspiro ejecutivos conscientes. Transformo equipos. Humanizo culturas.